sabato 31 gennaio 2009
Reversing the Life Cycle: Medusae Transforming into Polyps and Cell Transdifferentiation in Turritopsis nutricula (Cnidaria, Hydrozoa)
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http://www.biolbull.org/cgi/content/abstract/190/3/302S. Piraino, F. Boero, B. Aeschbach and V. Schmid Istituto Sperimentale Talassografico CNR "A. Cerruti," Via Roma 3, I-74100 Taranto,and Laboratorio di Ecologia de1 Benthos, Stazione Zoologica di Napoli "A. Dohm, " 80077 Ischia Porto (Naples), Italy
Organisms develop through a series of stages leading to sexually mature adults. In a few cases ontogeny reversal is possible, but it does not occur typically after the onset of sexual reproduction. All stages of the medusa Turritopsis nutricula, from newly liberated to fully mature individuals, can transform back into colonial hydroids, either directly or through a resting period, thus escaping death and achieving potential immortality. This is the first metazoan known to revert to a colonial, juvenile morph after having achieved sexual maturity in a solitary stage. Selective excision experiments show that the transformation of medusae into polyps occurs only if differentiated cells of the exumbrellar epidermis and part of the gastrovascular system are present, revealing a transformation potential unparalleled in the animal kingdom.
'Immortal' jellyfish swarming across the world
http://www.telegraph.co.uk/earth/wildlife/4357829/Immortal-jellyfish-swarming-across-the-world.htmlThe Turritopsis Nutricula is able to revert back to a juvenile form once it mates after becoming sexually mature.
Marine biologists say the jellyfish numbers are rocketing because they need not die.
Dr Maria Miglietta of the Smithsonian Tropical Marine Institute said: "We are looking at a worldwide silent invasion."
The jellyfish are originally from the Caribbean but have spread all over the world.
Turritopsis Nutricula is technically known as a hydrozoan and is the only known animal that is capable of reverting completely to its younger self.
It does this through the cell development process of transdifferentiation.
Scientists believe the cycle can repeat indefinitely, rendering it potentially immortal.
While most members of the jellyfish family usually die after propagating, the Turritopsis nutricula has developed the unique ability to return to a polyp state.
Having stumbled upon the font of eternal youth, this tiny creature which is just 5mm long is the focus of many intricate studies by marine biologists and geneticists to see exactly how it manages to literally reverse its aging process
martedì 27 gennaio 2009
HDVB: High Density Vertical Bioreator
The Holy Grail in the renewable energy sector has been to create a clean, green process which uses only light, water and air to create fuel. Valcent's HDVB algae-to-biofuel technology mass produces algae, vegetable oil which is suitable for refining into a cost-effective, non-polluting biodiesel. The algae derived fuel will be an energy efficient replacement for fossil fuels and can be used in any diesel powered vehicle or machinery. In addition, 90% by weight of the algae is captured carbon dioxide, which is "sequestered" by this process and so contributes significantly to the reduction of greenhouse gases. Valcent has commissioned the world's first commercial-scale bioreactor pilot project at its test facility in El Paso, Texas.Current data projects high yields of algae biomass, which will be harvested and processed into algal oil for biofuel feedstock and ingredients in food, pharmaceutical, and health and beauty products at a significantly lower cost than comparable oil-producing crops such as palm and soyabean (soybean).The HDVB technology was developed by Valcent in recognition and response to a huge unsatisfied demand for vegetable oil feedstock by Biodiesel refiners and marketers. Biodiesel, in 2000, was the only alternative fuel in the United States to have successfully completed the Environmental Protection Agency required Tier I and Tier II health effects testing under the Clean Air Act. These tests conclusively demonstrated Biodiesel's significant reduction of virtually all regulated emissions. A U.S. Department of Energy study has shown that the production and use of Biodiesel, compared to petroleum diesel, resulted in a 78.5% reduction in carbon dioxide emissions.Algae, like all plants, require carbon dioxide, water with nutrients and sunlight for growth. The HDVB bioreactor technology is ideal for location adjacent to heavy producers of carbon dioxide such as coal fired power plants, refineries or manufacturing facilities, as the absorption of CO2 by the algae significantly reduces greenhouse gases. These reductions represent value in the form of Certified Emission Reduction credits, so-called carbon credits, in jurisdictions that are signatories to the Kyoto Protocol. Although the carbon credit market is still small, it is growing fast, valued in 2005 at $6.6 Billion in the European Union and projected to increase to $77 Billion if the United States accepts a similar national cap-and-trade program.Valcent's HDVB bioreactor system can be deployed on non-arable land, requires very little water due to its closed circuit process, does not incur significant labor costs and does not employ fossil fuel burning equipment, unlike traditional food/biofuel crops, like soy and palm oil. They require large agricultural acreage, huge volumes of water and chemicals, and traditional farm equipment and labor. They are also much less productive than the HDVB process: soybean, palm oil and conventional pond-grown algae typically yield 48 gallons, 635 gallons and 10,000 gallons per acre per year respectively
sabato 24 gennaio 2009
El Internet rural se apaga
Municipios sin acceso a la banda ancha desconectan sus 'telecentros' - El Estado financió hace tres años su lanzamiento, pero el contrato ha expirado
La brecha digital no se cierra. Los intentos del Gobierno por extender la sociedad de la información a los pequeños y despoblados territorios rurales han chocado con una barrera: la de la crisis. Muchos municipios que se acogieron al programa de telecentros (un plan oficialmente conocido como Puntos de Acceso Público Rural y financiado por el Ministerio de Industria) han echado el cierre a estos locales públicos que abrían la puerta a las nuevas tecnologías de forma gratuita. La banda ancha de Internet se ha apagado justo cuando las subvenciones se han agotado. La placa - Entra y navega- colocada por la entidad estatal Red.es, ha desaparecido de muchas fachadas.
El programa Internet Rural, impulsado por los ministerios de Agricultura e Industria y por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) perseguía "garantizar el acceso a Internet en condiciones óptimas" a los ciudadanos del medio rural. Iba dirigido a poblaciones que tenían cobertura mediante las tecnologías de acceso a Internet de banda ancha más extendidas (ADSL o cable). La alternativa fue el satélite.
El plan fue diseñado en 2003 y desde entonces, Red.es, organismo adscrito a Industria, ha invertido 34,8 millones de euros en la instalación de 2.964 telecentros. A éstos se unen los que nacieron al amparo de las administraciones autonómicas y locales. En total, más de 5.400 pueblos -la mayoría situados en zonas remotas y poco pobladas- de los que se han beneficiado alrededor de 600.000 personas. Estos centros de acceso a Internet han estado funcionado durante los tres años de vigencia del contrato de Red.es con los ayuntamientos. Transcurrido este plazo, el 58% de los casi 3.000 telecentros siguen activos. Han sido traspasados y ahora es la administración autonómica la que ha asumido los costes. La dirección general de Telecomunicaciones, dependiente de Industria, calcula que "en los próximos días" se van a traspasar otros 190, con lo que el porcentaje de telecentros que seguirán enganchados a Internet será de 64,4%. ¿Y el resto? Algunos municipios han optado por apagar los ordenadores. Aseguran que no tienen recursos para asumir su coste. Y nada hace suponer que vayan a recibir en breve financiación. Se han quedado sin terminales y ha desaparecido incluso la antena parabólica que permitía acceder a Internet a través del satélite. Aunque algunos municipios consultados no han dado cifras sobre lo que costaría mantener viva la conexión, Industria estima que el coste mensual de un telecentro oscila entre 100 y 130 euros.
Además del acceso a Internet, el convenio con Industria garantizaba el equipamiento del centro, su control y gestión, la instalación y el mantenimiento, clases de formación y portales de servicios para poblaciones rurales. "Red.es no cierra los telecentros", sostiene Industria. "Estamos en un proceso de traspaso ordenado, hablando con las comunidades autónomas, las diputaciones y los cabildos para que se hagan cargo de la conexión. Nuestra idea es traspasar el 100% de las instalaciones".
Internet Rural aspiraba a limar la brecha digital, es decir, la discriminación de los ciudadanos según la calidad de su acceso a Internet. Tener a su alcance banda ancha era una puerta abierta a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Además de la barrera económica, la exclusión digital tiene un componente geográfico. Poblaciones ubicadas fuera del área de cobertura de las redes de ADSL caían de lleno en la zanja digital.
Los telecentros vinieron a mitigar estos desequilibrios. A principios de 2005, poco después de la puesta en marcha del programa estatal, el municipio soriano de Miño de San Esteban había marcado tendencia. El 53% de la población censada (47 habitantes sobre 90) utilizaba la banda ancha, un porcentaje similar al de Corea del Sur, un país paradigmático en el mundo de las telecomunicaciones, según apuntaba entonces el Gobierno.
Hoy, Miño de San Esteban sigue conectado, pese a que ha expirado el acuerdo con Red.es. José Peñalba, su alcalde, es un convencido de las ventajas de Internet. Incluido en el Programa Internet Rural, el municipio se conectó hace cinco años. El Ayuntamiento habilitó un local público para la instalación de los equipos (seis ordenadores, impresora) conectados a una antena parabólica que facilitaba el acceso a Internet vía wi-fi. "Los ordenadores cada vez se utilizan menos. Ahora, cada uno se lleva su portátil", comenta Peñalba, que ha apostado por mantener vivo Internet para los 74 habitantes que tiene ahora el pueblo. Aunque el coste de llevar la señal (alrededor de 500 euros al año) no corra a cargo del Estado sino de sus propias arcas.
"Al principio la gente lo recibió con mucho ánimo, pero luego ya no acudían al telecentro", cuenta Peñalba. Una de las cosas que peor llevaban era adaptarse a los horarios para acudir a los cursillos de formación. Peñalba, que trabaja en una empresa de electricidad, no duda de que Internet es "una herramienta muy útil", aunque admite que hace cinco años lo veía como "algo difícil y complicado, casi imposible". Ahora utiliza la Red para enviar planos o para conectarse con su partido (el PSOE).
La extensión de la banda ancha ha sido meteórica. En 2003, cuando se puso en marcha el plan de Acceso Público Rural, sólo un 20% del territorio español tenía cobertura de ADSL. Ahora llega al 98,8%, según Industria. Las zonas rurales están más castigadas, ya que el porcentaje se queda en el 87%, según el informe sobre la Sociedad de la Información 2008 elaborado por la Fundación Telefónica. De los 7,7 millones de hogares que tenían acceso a Internet el año pasado, 6,6 utilizaban la banda ancha (una gran mayoría gracias al ADSL). El Gobierno ha declarado "servicio universal" este tipo de conexión, independientemente del tipo de tecnología y la ubicación geográfica. Pero la España rural navega a una velocidad inferior.
El plan fue diseñado en 2003 y desde entonces, Red.es, organismo adscrito a Industria, ha invertido 34,8 millones de euros en la instalación de 2.964 telecentros. A éstos se unen los que nacieron al amparo de las administraciones autonómicas y locales. En total, más de 5.400 pueblos -la mayoría situados en zonas remotas y poco pobladas- de los que se han beneficiado alrededor de 600.000 personas. Estos centros de acceso a Internet han estado funcionado durante los tres años de vigencia del contrato de Red.es con los ayuntamientos. Transcurrido este plazo, el 58% de los casi 3.000 telecentros siguen activos. Han sido traspasados y ahora es la administración autonómica la que ha asumido los costes. La dirección general de Telecomunicaciones, dependiente de Industria, calcula que "en los próximos días" se van a traspasar otros 190, con lo que el porcentaje de telecentros que seguirán enganchados a Internet será de 64,4%. ¿Y el resto? Algunos municipios han optado por apagar los ordenadores. Aseguran que no tienen recursos para asumir su coste. Y nada hace suponer que vayan a recibir en breve financiación. Se han quedado sin terminales y ha desaparecido incluso la antena parabólica que permitía acceder a Internet a través del satélite. Aunque algunos municipios consultados no han dado cifras sobre lo que costaría mantener viva la conexión, Industria estima que el coste mensual de un telecentro oscila entre 100 y 130 euros.
Además del acceso a Internet, el convenio con Industria garantizaba el equipamiento del centro, su control y gestión, la instalación y el mantenimiento, clases de formación y portales de servicios para poblaciones rurales. "Red.es no cierra los telecentros", sostiene Industria. "Estamos en un proceso de traspaso ordenado, hablando con las comunidades autónomas, las diputaciones y los cabildos para que se hagan cargo de la conexión. Nuestra idea es traspasar el 100% de las instalaciones".
Internet Rural aspiraba a limar la brecha digital, es decir, la discriminación de los ciudadanos según la calidad de su acceso a Internet. Tener a su alcance banda ancha era una puerta abierta a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Además de la barrera económica, la exclusión digital tiene un componente geográfico. Poblaciones ubicadas fuera del área de cobertura de las redes de ADSL caían de lleno en la zanja digital.
Los telecentros vinieron a mitigar estos desequilibrios. A principios de 2005, poco después de la puesta en marcha del programa estatal, el municipio soriano de Miño de San Esteban había marcado tendencia. El 53% de la población censada (47 habitantes sobre 90) utilizaba la banda ancha, un porcentaje similar al de Corea del Sur, un país paradigmático en el mundo de las telecomunicaciones, según apuntaba entonces el Gobierno.
Hoy, Miño de San Esteban sigue conectado, pese a que ha expirado el acuerdo con Red.es. José Peñalba, su alcalde, es un convencido de las ventajas de Internet. Incluido en el Programa Internet Rural, el municipio se conectó hace cinco años. El Ayuntamiento habilitó un local público para la instalación de los equipos (seis ordenadores, impresora) conectados a una antena parabólica que facilitaba el acceso a Internet vía wi-fi. "Los ordenadores cada vez se utilizan menos. Ahora, cada uno se lleva su portátil", comenta Peñalba, que ha apostado por mantener vivo Internet para los 74 habitantes que tiene ahora el pueblo. Aunque el coste de llevar la señal (alrededor de 500 euros al año) no corra a cargo del Estado sino de sus propias arcas.
"Al principio la gente lo recibió con mucho ánimo, pero luego ya no acudían al telecentro", cuenta Peñalba. Una de las cosas que peor llevaban era adaptarse a los horarios para acudir a los cursillos de formación. Peñalba, que trabaja en una empresa de electricidad, no duda de que Internet es "una herramienta muy útil", aunque admite que hace cinco años lo veía como "algo difícil y complicado, casi imposible". Ahora utiliza la Red para enviar planos o para conectarse con su partido (el PSOE).
La extensión de la banda ancha ha sido meteórica. En 2003, cuando se puso en marcha el plan de Acceso Público Rural, sólo un 20% del territorio español tenía cobertura de ADSL. Ahora llega al 98,8%, según Industria. Las zonas rurales están más castigadas, ya que el porcentaje se queda en el 87%, según el informe sobre la Sociedad de la Información 2008 elaborado por la Fundación Telefónica. De los 7,7 millones de hogares que tenían acceso a Internet el año pasado, 6,6 utilizaban la banda ancha (una gran mayoría gracias al ADSL). El Gobierno ha declarado "servicio universal" este tipo de conexión, independientemente del tipo de tecnología y la ubicación geográfica. Pero la España rural navega a una velocidad inferior.
sabato 10 gennaio 2009
joshua silver adaptive glasses
Around one fifth of any group of people will need vision correction to get the best acuity (ie. image sharpness or accuracy) their eyes can achieve. As a population get older, this fraction also rises, as a condition known as presbyopia develops. Presbyopia is caused by a diminution in the power of accommodation of the crystalline lens. For example, it has been estimated that around 89 million people in the USA are presbyopic, and this number rises as the average age of the population increases.
The starting point for the development of Adaptive Eyecare's technology was the astonishing statistic that according to the World Health Organization there are currently around one billion people - including 10% of school children - in the world who would benefit from vision correction, but are as yet uncorrected. Most of these people live in the developing world, and the problem arises principally because the numbers of personnel trained to deliver vision correction in the conventional way are simply inadequate to meet the needs of the people. These statistics have profound implications - they mean that hundreds of millions of adults do not have the vision correction they need to be socially and economically active, and many children are educationally and socially disadvantaged.
The approach of Adaptive Eyecare has been to develop a completely new ophthalmic lens technology which permits us to manufacture revolutionary new spectacles which are universal, in the sense that one pair may be used to correct the vision of over 90% of people requiring correction. The special feature is that the wearer can adjust the power of each lens to his or her own requirements - this is particularly useful for developing world populations in areas which do not have adequate numbers of those specially trained personnel normally associated with the provision of vision correction.
The lenses in Adaptive Eyecare's spectacles operate in a manner which is somewhat similar in its optical function to the crystalline lens in the human eye - our lenses have the feature that the curvature of the lens surfaces is under the control of the wearer of the spectacles, and a simple manual adjustment is all that is needed to vary the power of each lens. In use, the wearer adjusts each lens so as to get clearest vision. This process takes less than a minute for both eyes. Having found the best setting, the lenses are then set, and the ancillary device used for lens adjustment is removed and discarded.
Adaptive Eyecare's adaptive lenses are fluid- filled and the power is changed by varying the amount of fluid in the lens. The power range of our lenses is +6 to -6 Dioptres, and the optical quality is similar to that of the typical human eye.
The starting point for the development of Adaptive Eyecare's technology was the astonishing statistic that according to the World Health Organization there are currently around one billion people - including 10% of school children - in the world who would benefit from vision correction, but are as yet uncorrected. Most of these people live in the developing world, and the problem arises principally because the numbers of personnel trained to deliver vision correction in the conventional way are simply inadequate to meet the needs of the people. These statistics have profound implications - they mean that hundreds of millions of adults do not have the vision correction they need to be socially and economically active, and many children are educationally and socially disadvantaged.
The approach of Adaptive Eyecare has been to develop a completely new ophthalmic lens technology which permits us to manufacture revolutionary new spectacles which are universal, in the sense that one pair may be used to correct the vision of over 90% of people requiring correction. The special feature is that the wearer can adjust the power of each lens to his or her own requirements - this is particularly useful for developing world populations in areas which do not have adequate numbers of those specially trained personnel normally associated with the provision of vision correction.
The lenses in Adaptive Eyecare's spectacles operate in a manner which is somewhat similar in its optical function to the crystalline lens in the human eye - our lenses have the feature that the curvature of the lens surfaces is under the control of the wearer of the spectacles, and a simple manual adjustment is all that is needed to vary the power of each lens. In use, the wearer adjusts each lens so as to get clearest vision. This process takes less than a minute for both eyes. Having found the best setting, the lenses are then set, and the ancillary device used for lens adjustment is removed and discarded.
Adaptive Eyecare's adaptive lenses are fluid- filled and the power is changed by varying the amount of fluid in the lens. The power range of our lenses is +6 to -6 Dioptres, and the optical quality is similar to that of the typical human eye.
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